miércoles, 19 de enero de 2011

Tiempo de botargas

Fuente: www.guadaque.com

Al año nuevo se le recibe en muchos pueblos de Guadalajara con remiendos de colores, máscaras grotescas y sonido de cencerros. Son los botargas, curiosos personajes ancestrales que se desperezan en invierno, en los meses de enero y febrero y hasta la llegada del Carnaval, poniendo rostros rocambolescos a las supersticiones o sencillamente ridiculizando nuestros miedos.
El origen de estos botargas parece evidenciar una “teoría vegetal”, según defiende José Ramón López de los Mozos, incansable investigador sobre las costumbres, etnografía e historia de Guadalajara. “Serían una especie de genios del bosque, unos diosecillos de segunda categoría por así decirlo, que con sus saltos y los toques, por magia simpática, harían crecer las cosechas y por tanto el pueblo tendría cosechas más ricas y podría comer, siendo más felices”, apunta López de los Mozos. Una semilla de la antiquísima magia milenaria entre el hombre y la naturaleza parece mantenerse viva en varios pueblos de la provincia.

De esta manera, parece establecerse una raíz etnográfica desde una época prerromana, que luego se funde con otros ritos cristianos, y que ha sobrevivido a la modernidad, y el despoblamiento de las zonas rurales, más por querencia del costumbrismo que por la práctica efectividad de los rituales cuyo sentido se ha desmemoriado. De hecho, en muchos casos se trata más de una tarea de restauración que de permanencia de esta tradición. Es el caso del ‘Zarragón’ de Alarilla, que desapareció a mediados de los años setenta y en 1985 lo recuperó la Asociación Deportivo Cultural de la localidad. Esta es la primera botarga del calendario junto con la de Humanes, pues sale a la calle el mismo día 1 de enero.

De igual modo se rescató del olvido al botarga infantil de Robledillo de Mohernando, o la botarga de los casados en Málaga del Fresno, que desapareció en 1918, y regresó en 1997.

Máscaras y colores



Según el diccionario de la Real Academia, botarga sería el "vestido ridículo de varios colores que se usa en algunas representaciones teatrales", y además éste sería el nombre de la persona que porta el traje, que suele ser un hombre.

Efectivamente, los colores del traje son diversos y generalmente utilizan el rojo, verde y amarillo, al que acompañan de una máscara que normalmente es de facciones grotescas. Este personaje también suele llevar una porra o cualquier otro instrumento con el que asustar a los vecinos.

En el caso de la botarga de Retiendas, que sale a la calle el sábado y domingo posteriores al día 2 de febrero, la máscara es de cartón, aunque también las hay de cuero, como en Alarilla, o de aceite mezclado con tizne y betún, ungüento con el que cubren su rostro los Diablos de Luzón. Los vaquillones de Robledillo y de Villares lo hacen con un trozo de paño o saco al que hacen orificios para ver y respirar.

La botarga de Arbancón

En Arbancón, la tradición dice que nadie debe saber quién es el botarga, aunque hoy, por exclusión, todo el mundo lo sabe. Hace treinta o cuarenta años era más difícil porque todos los mozos querían ser botarga. Unos para no perder la tradición y otros para entrar en las alcobas de las mozas y sacarlas en camisón a la calle con el consentimiento de las madres.

Armado con una cachiporra y tapado con una careta de madera, la botarga comienza ‘incordiando’ por la mañana casa por casa a los vecinos hasta que le pagan una limosna.

En este pueblo las caretas son de madera y dejan una pequeña herida en el rostro del que se las pone. El movimiento continuo para hacer sonar los cencerros que llevan atados a la cintura y las carreras detrás de la chiquillería, convierten la fiesta en una auténtica proeza para el que se enfunda la careta.

En Arbancón hay un pequeño y hermoso museo donde pueden verse las máscaras que en su día hizo "El Mere", Hermenegildo Alonso, el mejor y último maestro en este arte que hubo en la provincia.

La botarga de Robledillo

Otro de los lugares en que se celebran botargas en estos días es Robledillo. Es una fiesta "colegiada" y "colegial" en el sentido de que son los niños los que se visten especialmente para este día y acompañan en grupo al botarga. Se celebra con motivo de la Fiesta de la Virgen de la Paz.

Recubierto de un traje multicolor en el cual se ven dibujados lagartos, cosidas serpientes, añadidos dragoncillos, una enorme cachiporra en las manos sirve para asustar al público que la mira, seguida de cerca por los niños, disfrazados de pastores y aldeanos antiguos, que danzan en su torno, cantan y llevan cestos para recoger las ofrendas de los vecinos. El botarga, que suele ser también un chaval adolescente, añade a su desfiguración un gran bigote que se pinta o pega sobre el labio. No lleva careta.

Pelusas de la fecundidad en Retiendas

La botarga de Retiendas sigue saliendo el sábado más cercano a la Candelaria. En su libro sobre las Fiestas Tradicionales de Guadalajara López de los Mozos nos cuenta en qué consiste esta larga y ancestral fiesta, la más pura quizás de todas las que llevan botarga incluida en estos días del invierno serrano. Dice que es de carácter agresivo y vestimenta similar a la de otras botargas serranas, estos es, con un traje de telas bastas de muchos colores, con cachiporra, castañuelas y cencerros a la cintura, cubriendo su rostro con una máscara.

El día de las vísperas sale ya, para acompañar a las autoridades a la iglesia, haciendo después una gran hoguera que a veces ha llegado a durar los cuatro días que suele durar la fiesta. La botarga salta sobre ella y se revuelca sobre sus cenizas llenando con ellas un saco y arrojándola luego a los niños y las mujeres. También va echando pelusa de espadaña, como si fuera una simienza propiciatoria del crecimiento vegetal y natural. El día de la celebración grande la botarga entra en el templo haciendo genuflexiones, y a la salida persigue a los asistentes y asusta a la chiquillería. Después tiene lugar la procesión de la Virgen de las Candelas, en la que la botarga se desplaza siempre dando la cara a la Virgen, y dándole "Vivas" y gritos en su homenaje.

Las Mascaritas de Almiruete

En Almiruete una veintena de mozos disfrazados con vestidos blancos, adornados con flores y cubiertos de máscaras descienden de la montaña, recorren las calles con sus sonoros cencerros y recogen a las mozas, también con el rostro cubierto y organizan un espectacular baile entre tiznes, carreras y pelusa como símbolo de fertilidad y algarabía por la llegada de la Primavera y la Cuaresma.

Pero si espectacular es el rito, las máscaras con las que estos jóvenes cubren su rostro son verdaderas obras de arte. Para su elaboración, los vecinos de este pueblo utilizan materiales que perfectamente pudieron ser empleados por sus antepasados hace novecientos años. Madera, hojas de árbol, plumas y telas son las materias primas más frecuentes, aunque también los hay que confeccionan sus caretas con hojas o con finas lajas de pizarra.

La de Razbona trae la suerte



Este año como todos los anteriores en un pequeño pueblo cercano a Humanes de Mohernado llamado Razbona, sobre las 11 de la mañana del Día de Reyes veremos aparecer a un extraño y llamativo enmascarado con cuernos y vestimenta morada y roja que probablemente se te acercará golpeándote suavemente con una maza de madera y haciéndote gestos hacía un sencillo puchero que lleva en la mano… si le das unas monedas habrás vivido una situación que se viene dando hace cientos de años: aseguran que da buena suerte.

La Fiesta del Santo Niño

El domingo siguiente al día de Reyes se celebra, como cada año, la fiesta del Santo Niño en Valdenuño Fernández, declarada de Interés Turístico Provincial. Se trata de una tradición ancestral que ejecutan ocho danzantes mozos del pueblo y la botarga, personaje espectacular que recorre el pueblo bailando y pidiendo la voluntad.

Las danzas son de paloteo y su origen posiblemente sea celtibérico. L a botarga baila ante la imagen del Santo Niño, colocada sobre las andas, junto al altar. Lo hace sin careta, varias veces a lo largo de la misa, saltando y dando pasos hacia delante y hacia atrás. También bailaba en la procesión, delante de la imagen y sin darla nunca la espalda, aunque el desentendimiento con el párroco en los últimos años ha acabado con la actuación en la Iglesia.

Estas son solo algunas descripciones de las fiestas de las botargas, aunque se quedan muchas otras en el tintero, pero tal y como asegura el cronista provincial, Antonio Herrera Casado que “la botarga de la tierra de Guadalajara no admite explicaciones eruditas: es como es, y hay que ir a verla”, así que el mejor relato será avanzar sus citas en el calendario.

LAS BOTARGAS DE LA PROVINCIA

ENERO
Día 1: Alarilla. “El Zarragón” (Botarga), Humanes de Mohernando. “La Botarga” y Robledillo de Mohernando. “La Botarga de casados”.

Día 6: Razbona. “La Botarga”.

Día 9: Valdenuño Fernández. Fiesta del Niño Perdido. “Botarga” y Danzantes

Días 19 y 20: Montarrón. Botarga de San Sebastián y reparto de “caridades”

Día 22: Fuencemillán. “Botarga” de San Pablo. Degustación de migas

Día 23: Mohernando. San Sebastián. “La Botarga” y “caridades; y Robledillo de Mohernando. Botarga infantil.

Día 24 y 25: Mazuecos. Soldadesca y “Botarga” de la Virgen de la Paz

Día 30: Málaga del Fresno. “Botarga” y “mujigangas” de casados

FEBRERO
Día 2: Arbancón. “Botarga” de la Candelaria.

Día 3: Albalate de Zorita. “Botargas-danzantes” de San Blas: Peñalver. “Botarga” de San Blas; y Torrejón del Rey. “La Rueda”

Día 6: Retiendas. Botarga de la Candelaria.

Día 13: Málaga del Fresno. Fiesta de las águedas.

MARZO
Día 4 (viernes de carnaval): Guadalajara. Anuncio del Carnaval y. Salida del “Lilí”

Día 5 (sábado de carnaval): Almiruete. “Botargas” y “Mascaritas”; Luzón. “Los Diablos”; Robledillo de Mohernando. “Los Vaquillones”; y Villares de Jadraque. “Vaquillones” y “Zorramangos”.


http://www.guadaque.com/index.php?option=com_content&view=article&id=15407:tiempo-de-botargas&catid=41:latest-news&Itemid=190

No hay comentarios:

Publicar un comentario