jueves, 10 de marzo de 2011

Los Chocolateros de Cogolludo

Al atardecer del miércoles de Ceniza, fecha divisoria entre el Carnaval y la Cuaresma, aparecen por las calles de Cogolludo de cuatro a seis personajes vestidos de blanco, con fajas y pañuelo rojo y encapuchados con un saquillo de tela blanca provista de agujeros y respiradero.

Los Chocolateros de Cogolludo

Van armados con un orinal o un pequeño brasero, lleno de chocolate y acompañado de bizcochos... a todo el que encuentren le invitarán a probarlo, si reciben una negativa embadurnarán con el cacao al viandante en rostro y manos. Suelen actuar por parejas y se les podría considerar portadores de la tentación: si aceptas probar el chocolate pecarás al romper el ayuno de esta fecha en que se estrena la Cuaresma, si no aceptas, se vengarán manchándote de chocolate.

Su comportamiento es cercano al de las botargas en su recorrido por las calles, incluso hace años se colaban por puertas y ventanas tras las mozas.

Se la podría considerar la última tradición del carnaval, el estertor de éste, el último ofrecimiento de estos blancos diablillos hacia el pecado antes de la Cuaresma, tiempo de ayuno y recogimiento por la próxima muerte de Cristo en la Cruz.

Horario
17:00 h. Salida de los Chocolateros desde la Casa de la Cultura.

A continuación, pasacalles por el pueblo hasta la Plaza Mayor donde en una hoguera se mantiene el chocolate caliente que posteriormente podrá degustar todo aquel que se acerque.

http://www.turismocastillalamancha.com/que-hacer/agenda/cogolludo/los-chocolateros-de-cogolludo/

sábado, 5 de marzo de 2011

Las Vaquillas de Membrillera

Si en Robledillo de Mohernando y en Villares de Jadraque salen los vaquillones, en Membrillera lo hacen las vaquillas, que poco tienen que envidiar sus machos. Igual que en otros pueblos, son los jóvenes de la localidad los que han hecho que estos personajes vuelvan a salir por las calles de Membrillera por Carnaval. Y mucha ‘culpa’ de ello la tiene Gabino Cogollo, amante de su pueblo y entusiasta de las artes y las letras que hace de esta localidad un activo para propios y extraños. Su ímpetu ha servido para recuperar todas las tradiciones por las que se caracteriza Membrillera.



Las vaquillas, tal y como manda la tradición visten con dos sayas de diferente color, cuernos en la cintura, calcetines blancos, medias y albarcas. Los pies los llevan tapados con sacos y unos cencerros cuelgan de sus cuerpos. Una horripilante máscara cubre los rostros de estas bestias. Su cometido, como no podía ser de otra manera es asustar y corretear por el pueblo. Las mozas suelen ser objetivo prioritario. Su salida para este sábado está prevista alrededor de las 17.00 horas pero no lo harán solas, mayores y pequeños están invitados a animar la tarde de Carnaval en Membrillera con sus mejores disfraces. Un jurado se encargará de premiar la creatividad de cada uno en varias categorías. Seguidamente, se repartirán bocadillos para todos los participantes y un chocolate caliente. Así se cumplirá un año más con la tradición carnavalesca en la localidad.

http://www.nuevaalcarria.com/jprovincia/general/118844-los-pueblos-se-abren-al-turismo-con-sus-personajes-carnavalescos-mas-tradicionales


Los Vaquillones de Robledillo de Mohernando

Los mozos de Robledillo se visten en número de cuatro o cinco con largas sayas de esparto y capuchas del mismo material, en los hombros unas amugas (se usaban para acarrear la mies), a las que se añaden cuernos por delante y cencerros por detrás. Estos recorren las calles en busca de mozas y chicos a los que “almorzar” y levantar las faldas… a veces la botarga se viste para acompañarlos, animando la fiesta disfrazados y mascaritas del pueblo que se encuentran en las cercanías de la plaza mayor. Sin duda, es una fiesta digna de conservarse y potenciarse por su singularidad.


http://www.guadaque.com/index.php?option=com_jcalpro&Itemid=41&extmode=view&extid=45&date=2011-07-01

Conviene llamar a algún vecino para confirmar la fecha de salida de estos “animales” enmascarados por las calles de Robledillo, en la bella campiña arriacense.

Era corriente en el pasado, en muchos pueblos de la provincia, la salida de “zamarrones”, vaquillas y vaquillones… todos ellos disfrazados zoomórficos con andrajos y pieles de animales, sobre todo en carnaval; hoy estas manifestaciones han quedado reducida a Villares de Jadraque, Robledillo de Mohernando y Membrillera.

Los mozos de Robledillo se visten en número de cuatro o cinco con largas sayas de esparto y capuchas del mismo material, en los hombros unas amugas (se usaban para acarrear la mies), a las que se añaden cuernos por delante y cencerros por detrás. Estos recorren las calles en busca de mozas y chicos a los que “almorzar” y levantar las faldas… a veces la botarga se viste para acompañarlos, animando la fiesta disfrazados y mascaritas del pueblo que se encuentran en las cercanías de la plaza mayor. Sin duda, es una fiesta digna de conservarse y potenciarse por su singularidad.

http://www.guadalajaratradicional.net/calendarios/febrero/robledi/robledi.html

viernes, 4 de marzo de 2011

Los Diablos y Mascaritas de Luzón

Un grupo ataviado con negras vestimentas, cencerros y grandes cuernos recorren las calles del pueblo uniéndose a los participantes del carnaval acosando y tiznando con hollín a todas las personas que se encuentran a su paso.



Los diablos de Luzón son considerados como uno de los mejores patrimonios histórico culturales de la provincia de Guadalajara, y reconocido como el mejor carnaval de toda la Alcarria, por lo que han sido considerados Fiesta de interés turístico provincial, no existiendo constancia escrita de una fiesta etnográfica más vistosa en todo Guadalajara, constituyendo una ancestral tradición revivida por la Asociación Amigos de Luzón. Se conservan documentos en donde se puede datar el origen de esta fiesta al siglo XIV, aunque se puede adivinar que habría que remontarse mucho más para averiguar el origen real de dicha tradición Oculta durante un tercio de siglo, debido a la pérdida de tradiciones como consecuencia de la inmigración a las grandes urbes por parte de la población rural, y a la censura de los carnavales por la dictadura franquista; perdida casi irreparable de no ser por la memoria de los mas ancianos que nos revivieron los rituales y vestimentas que hacían falta para una restauración de la fiesta. Los diablos, representan el lado carnal del carnaval, el aspecto demoníaco, aprovechando las luces y sombras del crepúsculo realizan su aparición con la irremediable intimidación hacia aquellos que los ven por primera vez y a aquellos otros que a pesar de haberlos visto todavía no tienen muy claro si debajo de las vestimentas hay realmente personas. Así los diablos solo respetan a aquellos que van disfrazados, o son mascaritas, donde estos disfraces actúan a modo de protección con respecto al acoso de los diablos; sin embargo, a todos aquellos que no participan activamente en el carnaval, los diablos los atacan manchándoles con su inigualable marca de hollín y aceite, provocando numerosas escenas de miedo, haciendo caso omiso a edad, cargo, sexo o religión. Antiguamente se celebraba la fiesta el domingo, lunes, martes y primer domingo de cuaresma, actualmente se celebra el sábado de carnaval, invitando la Asociación Amigos de Luzón, organizadora de los actos, a una merienda cena a todos los participantes, para superar el trance de la visita de los diablos.


Fotografía de Sylvain Cherkaoui

La vestimenta de los diablos se compone de sayas y chaquetillas negras, el cinturón está recubierto por cencerros grandes, y en la testa unos cuernos de toro, todo el cuerpo visible está untado con una mezcla de hollín y aceite, manos, brazos y cara, en la boca una dentadura hecha de patata, y el calzado recubierto de tela negra, todo con la intención de resultar totalmente irreconocibles.

http://guirrio.blogspot.com/2007/02/guadalajara-los-diablos-de-luzn.html



Aquí podéis ver como se prepraran:

http://www.jesusfontecha.com/Diablos%20de%20Luzon.htm



Luzón buscó un valle para asentarse entre los ahora quemados pinares del antiguo Ducado de Medinaceli… por estas fechas, suele haber rastros de nieve en las umbrías de las empinadas calles, casi siempre en silencio. Esta quietud se rompe en carnaval cuando irrumpen en el pueblo una veintena de negras bestias con cuernos, son los diablos… el personaje del demonio está muy arraigado en la cultura popular y el carnaval, raro era el pueblo del Señorío de Molina en que no aparecían uno o dos diablos persiguiendo a la chiquilleríay arrojando ceniza a las mozas, también en los actos de la Loa a la Virgen de la Hoz (Ventosa) aparece el negro luzbel o en Setiles donde el día de los santos inocentes se hace el amo del pueblo.

En Luzón, los mozos acuden a vestirse a un lugar en principio secreto, se protegen la piel con cremas para luego tiznarse cara, cuello, brazos y manos de una mezcla de aceite quemado con hollín. Se visten con negras vestiduras una blusa y un faldón, en la cabeza unos enormes cuernos con almohadilla les serán atados a los hombros y la frente, todo ello tapado por un pañuelo hasta la nuca. Como remate, unos enormes cencerros llamados “trucos y cañones“ romperán el silencio de la tarde cuando los diablos bajen corriendo al caserío mordiendo un trozo de patata que les sirve para refrescarse.

Al llegar a la plaza, correrán entre las mascaritas y disfrazados asustando al personal y tiznando aquí y allá con su negro ungüento, sobre todo a las mozas. Una vez calmada la euforia, los diablos disfrazados recorrerán las frías calles al caer la tarde en una extraña e indefinible procesión que sólo se da en alguna pesadilla.

Merece la pena acercarse a Luzón, cuna del historiador provincial Francisco Layna Serrano y disfrutar de esta demoníaca fiesta. Tendrá lugar mañana 5 sobre las 16,00-17,00 horas.

http://www.guadalajaratradicional.net/calendarios/febrero/luzon/luzon.html

Vaquillones de Villares de Jadraque


El sábado de Carnaval, Villares celebra una antigua tradición que cuenta con siglos de historia. Un grupo de hasta 12 vecinos recorren las calles de Villares convertidos en vaquillones, que corren tras la gente del pueblo, especialmente las mozas, para embadurnarlas de hollín.


En su llamativa indumentaria destacan las amugas que portan en sus hombros, unas angarillas de madera en las que se llevaba antiguamente la leña y la mies, cuya parte delantera se remata con cuernos de vaca, mientras que de la posterior se cuelgan numerosos cencerros.


Los Vaquillones portan unas capas rojas, y ocultan su rostro tras una máscara de arpillera, que apenas les deja espacio para los ojos. La indumentaria se completa con un sombrero de paja, pantalones de pana y albarcas. Estas dos últimas prendas se intercambian entre los participantes para no ser reconocidos por sus vecinos. Por último, en la boca llevan un silbato o chiflo, fabricado de vejiga de cerdo, que emplean para comunicarse entre sí sin ser reconocidos.

A mediodía, la Asociación de Vecinos La Alegría ofrece a todo el que quiera una comida a base de las tradicionales migas serranas, tras la que tiene lugar la salida de los vaquillones.


El gran arraigo que presenta entre los vecinos, así como su elevado valor cultural y etnográfico, motuvó la declaración de la fiesta de los Vaquillones como de Interés Turístico Provincial.

http://villaresdejadraque.blogspot.com/2010/04/vaquillones.html


Vaquillones y Zorramangos de Villares de Jadraque

Mozos y casados de Villares de Jadraque salen el sábado de carnaval rompiendo el silencio con los numerosos cencerros que cuelgan de las amugas o angarillas que llevan sobre sus hombros, rematando el otro extremo de esta herramienta agrícola, atan grandes cuernos de vaca. La tela de arpillera que cubre su rostro les da un aspecto siniestro, de hombres sin rostro que el sombrero de paja potencia más aun si cabe, el pantalón negro y el mantón de rojo y grueso paño llamado "cobertón" les da un vistoso aspecto entre las pardas casas del pueblo.

Estos vaquillones van en grupo y se dedican a perseguir con pitidos y bufidos a mozas y chiquillos el sábado de carnaval; este mismo día se disfrazan otros personajes típicos en el pueblo llamados "zorramangos": algún vaquillón no uniformado, hombres de paja, el dientes de patata (especie de vampiro tiznado de hollín como los diablos de Luzón)... en fin, personajes en otro tiempo bastante típicos, muy cercanos a la cultura agrícola y ganadera de nuestra tierra y que nos dan idea de la maravillosa inventiva de nuestros antepasados.

Antiguamente el Ayuntamiento invitaba a vino a los vaquillones para refrescarles (o más bien calentarles) de sus carreras tras las mozas y por la noche se celebraba un baile de carnaval que sin duda sería digno de verse dada la variedad de estos disfraces realmente populares.

http://www.turismocastillalamancha.com/que-hacer/agenda/villares-de-jadraque/vaquillones-y-zorramangos-de-villares-de-jadraque/

Botargas y Mascaritas de Almiruete



Las Botargas y las Mascaritas son los verdaderos protagonistas de los Carnavales de Almiruete (Guadalajara). El carnaval es preparado por los Botargas y Mascaritas durante todo el año.
Las máscaras son uno de los símbolos más característicos del carnaval y representan motivos campestres y pastoriles. Llegada la fiesta, las Botargas ataviadas con polainas, cencerros, abarcas, garrote, sombreros de diverso colorido atraviesan los campos y se aproximan al pueblo, para entrar en él bajo un ensordecedor estruendo provocado por los cencerros.



Las Botargas dan vueltas al pueblo haciendo sonar sus cencerros y en un momento dado recogen a las Mascaritas que salen de una de las casas del pueblo. Una vez juntos vuelven a la plaza cargados de pelusa ellos y confetis y papelillos de colores ellas, esparciéndolos entre los asistentes, acto lleno de risas y alegría distintivo de este Carnaval.



LOS BOTARGAS (mozos) llevan cubierta la cara con una careta figurativa, hecha normalmente por cada uno, en madera cuero o cartón, coloreada, con apariencia de animales, de elementos vegetales, o como duendes, diablos y otras fealdades. Cada año se elaboran caretas nuevas para la fiesta. Están vestidos con un gorro alto, en forma de mitra blanca con adornos policromos, camisa y calzón también blanco, llevando los mismos adornos. En el pecho y espalda llevan cruzada una faja negra, y encordados en la misma cintura, por la espalda, cuatro o cinco grandes cencerros armonizados. Calzan abarcas, en su mano lleva una garrota y se protegen las piernas con polainas negras de pastor.



LAS MASCARITAS (mozas) de Almiruete, son los otros personajes de la fiesta. Por su elegante y delicada indumentaria contrastan vivamente con la apariencia agreste de los Botargas. Son, sin duda, en su apariencia actual, una representación más evolucionada del carnaval. Llevan también la cara cubierta, con un lienzo pintado que las hace irreconocibles.
Sobre su cabeza un sombrero de campo, de amplio vuelo cubierto de tela blanca y adornado con flores. Traje del mismo color, con falda de amplio vuelo, y como adorno, flores y brotes de hiedra. Sobre él, un delantal con remates de puntillas del mismo color, y un amplio mantón de vivos colores por los hombros. Usan guantes, medias y zapatillas blancas.



El carnaval comienza a las 16 h. del sábado cuando, tras el toque del cuerno, aparecen los Botargas bajando en fila por alguno de los cerros que rodean el pueblo. Previamente, los Botargas se han vestido en un lugar secreto, ayudados a disfrazarse por antiguos botargas. Al llegar al pueblo, comienzan a desfilar en fila de a uno o por pares por las calles del pueblo. Hacen sonar sus cencerros acompasadamente, manteniendo el paso, aunque ese orden al desfilar no quita que alguno de los asistentes pueda recibir algún susto o remojón en las fuentes del pueblo.
Tras dar dos o tres vueltas a la plaza, los Botargas reanudan su recorrido por las calles para recoger a las Mascaritas, que les esperan en una casa del pueblo que sólo conocen los Botargas. En ese momento, cada Mascarita se empareja con un Botarga, y reanudan juntos su desfile por las calles, con las caras ocultas tras sus máscaras. En la última vuelta al pueblo, las Mascaritas recogen confeti, y los Botargas los juncos con la pelusa que, al llegar a la plaza, arrojarán a los asistentes como símbolo de fertilidad.



A continuación, Botargas y Mascaritas se quitan las caretas, que ya no volverán a utilizarse ni en este ni en carnavales venideros. Los Botargas cambian el gorro blanco por el sombrero negro, y llenan el botillo de vino que ofrecen a los asistentes. Estos, si los Botargas se despistan, pueden “robarles” el botillo y salir corriendo por el pueblo y fuera de él, hasta que los Botargas le atrapen y le lleven a la taberna, donde deberá invitar a los Botargas que le hayan cogido.
Mientras, en la plaza, hay bailes populares, a la vez que aparecen otros personajes característicos del carnaval de Almiruete, como la Vaquilla y el Oso con su Domador. Cada uno en su papel, estos personajes asustan y provocan a los asistentes. Aunque el protagonismo del carnaval lo tienen Botargas y Mascaritas, todo el que quiera puede disfrazarse como lo haría en cualquier otro carnaval.

Cuando pasa la tarde y hace rato que es de noche, los Botargas y Mascaritas van casa por casa del pueblo pidiendo el somarro. El somarro consiste normalmente en comida, que disfrutarán al llegar la noche en una cena a la que sólo asisten Botargas y Mascaritas. Del mismo modo que los lugares en los que se disfrazan, los Botargas y Mascaritas cenan en una casa presuntamente secreta, con el fin de que los que no se disfrazan no les quiten la cena o les tapen la chimenea.

http://www.almiruete.com/



En España subsisten numerosas celebraciones populares que remontan sus orígenes y fundamento a tiempos muy lejanos. Las fiestas del ciclo invernal, y especialmente el Carnaval, contienen elementos lúdicos y sociales profundamente arcaicos, difíciles de explicar y comprender hoy día y, precisamente por ello, sumamente curiosos e interesantes.

Situada en las estribaciones del Sistema Central, en la parte norte de la provincia de Guadalajara, la localidad de Almiruete vive un Sábado de Carnaval antiguo y vistoso. El núcleo de la fi esta consiste en el desfile de los llamados Botargas y las llamadas Mascaritas. Durante todo el año, los mozos y mozas que van a disfrazarse ese día preparan meticulosa y secretamente sus atavíos. Consisten éstos en llamativas y elaboradísimas máscaras en forma de animales (osos, jabalíes), seres antropomorfos, diablos o criaturas fantásticas; estas máscaras sólo las llevarán los mozos (Botargas), quienes visten además un traje blanco, con cencerros en la cintura, y polainas negras. Por su parte, las mozas (Mascaritas) aparecerán también enmascaradas completamente, pero con pañuelos de vivos colores estampados, con apenas unos agujeros para los ojos, y tocadas con sombreros de ala ancha, y vestidos y mantones muy finos y vistosos.

La esencia del evento consiste en que los Botargas presentan una apariencia agreste, animal, mientras que las Mascaritas simbolizan un carácter mucho más civilizado. Las explicaciones académicas para este contraste son numerosas y complejas, pero lo cierto es que la Antropología ha demostrado que este patrón de oposición entre dos principios elementales (hombre-mujer, salvaje-civilizado, etc.) es una constante universal en las fiestas ancestrales de todos los pueblos europeos y mediterráneos, y de los de otros continentes.

El desarrollo de la fiesta no puede ser más sencillo. El Sábado de Carnaval, a eso de las cuatro de la tarde, sonará un cuerno en la sierra: los Botargas bajan al pueblo desde un lugar “ignoto” de la montaña, ingresando a las calles por un rumbo que cambia todos los años y nadie conoce, con lo que aumenta la expectación entre quienes esperan. Aparecen sin grandes estridencias, lentamente y en fila india, haciendo únicamente sonar los cencerros que cuelgan de sus cinturones. Tras recoger a las Mascaritas, que les aguardan en un lugar secreto del caserío, cada Botarga se empareja con una Mascarita y recorren así el pueblo, lentamente y varias veces.

Tiene lugar así la interacción con vecinos y espectadores, arrojando confeti y pelusillas, haciendo bromas, burlas y gestos sencillos y graciosos, entre las risas y comentarios de todo el mundo. Viene después la ingesta multitudinaria de vino y el baile, cuestaciones, banquetes, etc.

La visita al Carnaval de Almiruete bien merece la pena. Sólo contemplar las máscaras de los Botargas resulta interesantísimo, pues la tradición exige confeccionar una nueva cada año, utilizando únicamente papel y elementos naturales como barro, hojas y madera. A escasos 110 kilómetros de Madrid, se tiene el privilegio de ser testigo de esta vieja y curiosa celebración, que conlleva desplazarse tanto en el espacio como en el tiempo. Este año, el Sábado de Carnaval es el próximo 5 de marzo.

http://www.edirectivos.com/blogs/2388-Jose-Miguel--Garcia-Campillo/18-02-2011/1382-Sabado-de-Carnaval-en-Almiruete-proximo-5-de-marzo

Carnaval carnaval


Ayer Jueves Lardero se daba comienzo al Carnaval 2011 con la tradicional merienda popular a base de tortillas y chorizos. Hoy desfilarán botargas de toda la provincia:

  • Vaquillones de Villares de Jadraque
  • Membrillera
  • Robledillo
  • Chocolateros de Cogolludo
  • Danzantes de Albalate de Zorita
  • Diablos y mascaritas de Luzón
  • Botarga infantil de Robledillo
  • Fuencemillán
  • Arbancón
  • Montarrón
  • Malaga del Fresno
  • Alarrila
  • Peñalver
  • Robledillo de Casados
  • Majaelrayo
  • Hita
  • Mazuecos
  • Beleña de Sorbe
  • Humanes
  • Mohernando
  • Razbona
  • Retiendas
  • Grupo Mascarones
  • Grupo de Lily
  • Guadalajara

Se realizará un pasacalles desde la calle Cifuentes hasta el Parque de la Concordia, donde a las 19,00 horas se anunciará el carnaval.

Jueves Lardero

Cuando hablamos de Cuaresma (palabra de cuyo significado son cada vez menos los que pueden dar cuenta), nos referimos a una institución que tenía que ver con el comer, más concretamente con el no comer, haciendo virtud de una necesidad, y sobre todo haciéndosela padecer a los que vivían en la abundancia, e igualándolos de ese modo con los pobres.

La propia celebración del Carnaval, fuese cual fuese el origen remoto de la palabra y de la fiesta, se convirtió en la fiesta de despedida de la carne. De ahí que se procurase gozar de ella todo lo posible en esos días; no sólo porque iban a seguir 40 días en los que la religión les iba a prohibir catar la carne, sino también para desquitarse de los largos ayunos de carne que la pobreza les imponía durante todo el año. Los términos carnestolendas (carnes que han de ser quitadas) y carnestoltas (carnes que han sido quitadas) nos hablan bien a las claras de cómo ha sido entendido el Carnaval por nuestra cultura. Y bien, entrando en la materia prima de la fiesta, que era la carne, se instituyó en la versión de extensión media del Carnaval (la de una semana), el Jueves Lardero, inventado ni más ni menos que para iniciar solemnemente la tanda de días en que había que aprovechar para hartarse de carne, a fin de no echarla en falta durante la inminente Cuaresma.

Lardero es un adjetivo procedente del antiguo lardo, que es el tocino o gordo (que así se llama también el sebo o manteca del animal), es decir, la grasa. No perdamos de vista que al fin y al cabo se refiere a la parte menos valiosa del animal, con la que sin embargo nuestras abuelas eran capaces de hacer auténticas maravillas culinarias. Procede del latín lardum o lardium, palabra con la que los romanos denominaban el tocino y la manteca de cerdo. Ahora bien, el significado usual de tocino es el de carne gorda (con grasa) del cerdo; carne en fin de cuentas, con lo que vino a ser sinónimo de carne de cerdo. Y esto era lo que en especial caracterizaba al Jueves Lardero, el abundante consumo de esta carne o de sus productos secundarios. Fue típica de este día, por ejemplo, la tortilla de chicharrones, que la comían en el campo, sobre todo los niños que iban a la escuela, para los que éste era un día de gran fiesta, en el que además empezaban a lucir sus disfraces. Pero éste no es más que el último reducto de una fiesta que tuvo mejores tiempos. En sus momentos de esplendor, se veían por las calles y en especial por los mercados, e iban de casa en casa, las primeras comparsas del Carnaval, pidiendo carne o lo que buenamente pudieran dar, para celebrar esta comida. Ésta llegó a arraigarse e institucionalizarse de tal modo que en muchos lugares era costumbre que en este día el dueño de la fábrica o del taller les pagase a los trabajadores una comida a base de cerdo. En torno a ella se celebraban los primeros combates entre carniceros y pescateros y los primeros bailes y rúas de Carnaval.

http://www.elalmanaque.com/carnaval/jueves-lardero.htm


Según Manuel Hernandez Grueso:

Es JUEVES LARDERO una fiesta religiosa, tradicional, de origen cristiano y de fecha incierta, aunque su raíz, (lardus), puramente latina, nos indica a las claras su origen en la Edad Media, cuando el castellano se estaba desmembrando del latín.

Llega esta festividad el jueves de la semana anterior a la del Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, tiempo litúrgico al que el Cristianismo imprimió el valor de período de limpieza, purga o purgatorio. Cuarenta días de ayunos y abstinencias, para conseguir la purificación de los fieles, que toca a su fin el Domingo de Ramos, enlazando con la Semana Santa.

Así, la celebración del Carnaval (carnem levare=quitar la carne) se convirtió en una fiesta de despedida de la carne. Se procuraba gozar todo lo posible de la carne porque después, y durante cuarenta días, la Religión les prohibiría catarla.

Hablan de ello los términos Carnestolendas (carne que ha de ser suprimida) y Jueves Lardero (lardus= tocino, gordo, carne gorda, grasa,).

Y en el habla de la tierra quedaron lardero, lardear, ladrear, ladreo, referencias explícitas a las antiguas celebraciones.

La palabra LARDERO hace referencia, a tocino, gordo, la parte menos valiosa del cerdo, la grasa o manteca y, por extensión, a toda la carne de cerdo.

Cuando la Iglesia celebraba la Cuaresma, recordando la estancia de Jesús en el desierto en oración y ayuno, invitaba a los cristianos a acompañarlo privándose de comer todo tipo de carnes o derivados de animal.

Por ello, para entrar con buen pie en el tiempo de ayuno y abstinencia, los fieles celebraban un día en el que estaba permitido todo tipo de excesos cárnicos, la última oportunidad de hartarse de carne hasta pasada la Semana Santa.

Aunque costumbres y manifestaciones difieren de unas zonas a otras, su celebración se rastrea en todas las Comunidades de España y en todas ellas subsiste como denominador común “jornada al aire libre con la gastronomía como protagonista principal.”

Este es el origen primigenio del Jueves Lardero, de origen religioso, que da comienzo al Carnaval.

Los demás eventos festivos, carnavales, entierro de la sardina,... son actos añadidos, con cierta relación con el tema, pero de origen profano.

www.villardecanas.es/historia/lardero.doc

Jueves Lardero o Jovelardero es el nombre con el que se conoce en diversas partes de España al jueves en que comienza el carnaval, y que en otros lugares se conoce como día de la tortilla o día de la mona (Albacete), día del choricer o choricé (Bajo Aragón). En muchos pueblos este día se celebra una fiesta popular con diferentes costumbres, aunque básicamente consiste en una jornada al aire libre donde la gastronomía tiene un papel muy importante. La fiesta se celebra especialmente en las regiones orientales de la Península Ibérica. Cabe destacar la etimología de la palabra lardero que deriva del latín lardarius que significa tocinero. En La Rioja existe un pueblo llamado Lardero el cual recibió este nombre por la importancia que tuvieron sus salazones en la época de los romanos.