Por Eduardo Rodrigo, www.guadalajaradosmil.es
Con los tiempos que corren, no es de extrañar que el folklore más arraigado tenga problemas para subsistir. Nuestra provincia no es una excepción, aunque existen gremios que luchan arduamente durante todo el año para revitalizar esa muestra popular. E incluso exhibirla más allá de los límites provinciales. Es el caso de la Escuela Municipal de Folklore del Palacio de la cotilla, dependiente del Patronato Municipal de Cultura. De la Escuela, y de su Grupo de Bailes Regionales, su prolongación y su parte más vistosa. Ayer, el propio Grupo de Bailes Regionales realizó una demostración en el Teatro Auditorio Buero Vallejo. Una demostración que sirvió para evidenciar que alguna gente, una “minoría” cierto es, se sigue interesando por las raíces de su tierra.
Jesús Cortés, coordinador general del Grupo; Toñi Berlinches, profesora de baile; y Valentín Pérez, profesor de la Escuela de Dulzaina y Tambor, explican los pormenores de esa lucha por el folklore. “El Grupo de Bailes Regionales nace a través de la Escuela de Folklore, creada en 1984. La Escuela es la cantera y el Grupo de Bailes, como el primer equipo”, comenta Berlinches. Cortés le apoya: “En la Escuela vienen a aprender, desde unos cuatro años, y, según van progresando, pasan a otros grupos”. “El Grupo de Bailes se nutre de la Escuela”, resume Pérez.
Objetivo, rescatar el folklore de la provincia
Y así, ese Grupo de Bailes, subdivido a la vez en uno infantil –con niños desde los 8 a los 14 años– y en otro de adultos, pelea desde 1987 por un objetivo claro: “Rescatar el folklore de Guadalajara”. Más bien, el cometido procede de la propia Escuela porque sin ella el folklore “correría peligro de desaparición”, según Cortés. Berlinches mantiene esa versión: “Aun así, está muy perdido, pero intentamos que lo que queda se mantenga. También hacemos investigación de instrumentos, vestuario y complementos, un poco todo lo relacionado con este mundo”. En esa tarea es fundamental la divulgación, pero también el recorrer los pueblos en busca de testimonios para seguir rescatando ‘tesoros’. “Recuperamos folklore, y lo mostramos. También se trata de eso, de que la gente mayor se acuerde de cómo bailaba o veía bailar”, relata Berlinches. Y así, este Grupo de Bailes Regionales se recorre palmo a palmo toda la geografía nacional, desde Ermua, a Reus, Valencia, Alicante, Murcia, Palencia o Valladolid. “Hacemos intercambios con grupos de toda España, y eso es bueno, conocer otros grupos, otro folklore, y que conozcan el nuestro”, explica Cortés. De ahí que el colectivo pueda realizar unas quince salidas en un año. Aunque las actuaciones más habituales son en la propia provincia: “Tenemos un convenio con la Junta a través del programa ‘Tal como somos’. Cuando nos llaman los pueblos, ellos pagan alrededor de un 30% y el resto lo subvenciona la Junta”, pormenoriza Cortés.
Los primeros interesados, los padres
Antes de recorrer todos los pueblos, lo primordial es mostrar interés en conocer el folklore propio. Y ahí tienen un papel destacado los padres de los jóvenes alumnos: “La mayor parte de alumnos viene sin saber apenas nada”, introduce Berlinches. “En principio, son los padres los que les traen. Luego, la mayoría sigue y, cuando ya llevan un tiempo, se va incrementando su gusto por el folklore”, comenta Cortés. En ese sentido, para incrementar ese gusto, lo más importante es la proyección del Grupo de Bailes, más que la propia Escuela incluso: “El Grupo de Bailes hace mucho...; el hecho de que te vean por ahí o puedas tocar o bailar, es importante, porque a los alumnos les ilusiona”, asegura Berlinches. Y así, el propio Grupo de Bailes no cesa su actividad durante todo el año: “Tenemos ensayos los martes y jueves durante todo el año. La Escuela para, pero el Grupo de Bailes continúa en verano ensayando y haciendo actuaciones, sobre todo”, ilustra la profesora.
En septiembre, una danza con zancos única
Y así, con esa ilusión y con “ganas, lo primero es tener ganas y querer”, según Berlinches, los alumnos aprenden jotas y seguidillas, “que es lo que más hay en la provincia”, según la profesora, pero también paloteos o danzas de Utande o Valverde, por ejemplo. E incluso ayer el Grupo estrenó un baile de Aragón. Aunque el reto más grande que aguarda a este colectivo llegará el 8 de septiembre, como adelantó el miércoles la edil de Cultura y Turismo, Isabel Nogueroles, al desgranar los actos conmemorativos del 550º aniversario de la concesión del título de ciudad a Guadalajara. Será entonces, coincidiendo con el día de la Patrona, cuando el grupo estrene una “danza con zancos del siglo XVI única”, según la concejala. El Grupo de Bailes ya está trabajando en ello. Quizá sea la mejor forma de enganchar a generaciones venideras porque la pasión por el folklore “va por temporadas... En algunas ves que a las generaciones que vienen les gusta y se quedan y asientan. Hace unos años tuvimos un bajón y ahora estamos recuperándonos. Además, es que esto es una escuela de minorías, lo nuestro no tira tanto como la danza o el flamenco, donde hay una avalancha. Lo nuestro tira, pero no tenemos ese boom”, recalca Berlinches. No hay ese boom, porque también sigue faltando financiación: “Es que les cuesta entender [a las instituciones] lo que es la representación del folklore. Nosotros cuando salimos por ahí representamos a Guadalajara. El Grupo de Bailes Regionales es muy importante para el turismo”, según Cortés. Y para el propio folklore de la provincia. Para su recuperación y conservación, y para su divulgación. Algo que bien merece un baile.
www.nuevaalcarria.comJesús Cortés, coordinador general del Grupo; Toñi Berlinches, profesora de baile; y Valentín Pérez, profesor de la Escuela de Dulzaina y Tambor, explican los pormenores de esa lucha por el folklore. “El Grupo de Bailes Regionales nace a través de la Escuela de Folklore, creada en 1984. La Escuela es la cantera y el Grupo de Bailes, como el primer equipo”, comenta Berlinches. Cortés le apoya: “En la Escuela vienen a aprender, desde unos cuatro años, y, según van progresando, pasan a otros grupos”. “El Grupo de Bailes se nutre de la Escuela”, resume Pérez.
Objetivo, rescatar el folklore de la provincia
Y así, ese Grupo de Bailes, subdivido a la vez en uno infantil –con niños desde los 8 a los 14 años– y en otro de adultos, pelea desde 1987 por un objetivo claro: “Rescatar el folklore de Guadalajara”. Más bien, el cometido procede de la propia Escuela porque sin ella el folklore “correría peligro de desaparición”, según Cortés. Berlinches mantiene esa versión: “Aun así, está muy perdido, pero intentamos que lo que queda se mantenga. También hacemos investigación de instrumentos, vestuario y complementos, un poco todo lo relacionado con este mundo”. En esa tarea es fundamental la divulgación, pero también el recorrer los pueblos en busca de testimonios para seguir rescatando ‘tesoros’. “Recuperamos folklore, y lo mostramos. También se trata de eso, de que la gente mayor se acuerde de cómo bailaba o veía bailar”, relata Berlinches. Y así, este Grupo de Bailes Regionales se recorre palmo a palmo toda la geografía nacional, desde Ermua, a Reus, Valencia, Alicante, Murcia, Palencia o Valladolid. “Hacemos intercambios con grupos de toda España, y eso es bueno, conocer otros grupos, otro folklore, y que conozcan el nuestro”, explica Cortés. De ahí que el colectivo pueda realizar unas quince salidas en un año. Aunque las actuaciones más habituales son en la propia provincia: “Tenemos un convenio con la Junta a través del programa ‘Tal como somos’. Cuando nos llaman los pueblos, ellos pagan alrededor de un 30% y el resto lo subvenciona la Junta”, pormenoriza Cortés.
Los primeros interesados, los padres
Antes de recorrer todos los pueblos, lo primordial es mostrar interés en conocer el folklore propio. Y ahí tienen un papel destacado los padres de los jóvenes alumnos: “La mayor parte de alumnos viene sin saber apenas nada”, introduce Berlinches. “En principio, son los padres los que les traen. Luego, la mayoría sigue y, cuando ya llevan un tiempo, se va incrementando su gusto por el folklore”, comenta Cortés. En ese sentido, para incrementar ese gusto, lo más importante es la proyección del Grupo de Bailes, más que la propia Escuela incluso: “El Grupo de Bailes hace mucho...; el hecho de que te vean por ahí o puedas tocar o bailar, es importante, porque a los alumnos les ilusiona”, asegura Berlinches. Y así, el propio Grupo de Bailes no cesa su actividad durante todo el año: “Tenemos ensayos los martes y jueves durante todo el año. La Escuela para, pero el Grupo de Bailes continúa en verano ensayando y haciendo actuaciones, sobre todo”, ilustra la profesora.
En septiembre, una danza con zancos única
Y así, con esa ilusión y con “ganas, lo primero es tener ganas y querer”, según Berlinches, los alumnos aprenden jotas y seguidillas, “que es lo que más hay en la provincia”, según la profesora, pero también paloteos o danzas de Utande o Valverde, por ejemplo. E incluso ayer el Grupo estrenó un baile de Aragón. Aunque el reto más grande que aguarda a este colectivo llegará el 8 de septiembre, como adelantó el miércoles la edil de Cultura y Turismo, Isabel Nogueroles, al desgranar los actos conmemorativos del 550º aniversario de la concesión del título de ciudad a Guadalajara. Será entonces, coincidiendo con el día de la Patrona, cuando el grupo estrene una “danza con zancos del siglo XVI única”, según la concejala. El Grupo de Bailes ya está trabajando en ello. Quizá sea la mejor forma de enganchar a generaciones venideras porque la pasión por el folklore “va por temporadas... En algunas ves que a las generaciones que vienen les gusta y se quedan y asientan. Hace unos años tuvimos un bajón y ahora estamos recuperándonos. Además, es que esto es una escuela de minorías, lo nuestro no tira tanto como la danza o el flamenco, donde hay una avalancha. Lo nuestro tira, pero no tenemos ese boom”, recalca Berlinches. No hay ese boom, porque también sigue faltando financiación: “Es que les cuesta entender [a las instituciones] lo que es la representación del folklore. Nosotros cuando salimos por ahí representamos a Guadalajara. El Grupo de Bailes Regionales es muy importante para el turismo”, según Cortés. Y para el propio folklore de la provincia. Para su recuperación y conservación, y para su divulgación. Algo que bien merece un baile.
Después de acoger a Peter Pan y a sus niños perdidos, el pasado martes, el teatro Buero Vallejo vivió en la tarde de ayer una nueva jornada de despedida en la que se sucedieron la dulzura del piano, la tradición de la dulzaina y el tambor o el folclore popular de los bailes regionales. Las Escuelas municipales del Palacio de la Cotilla de cada una de estas especialidades –las de Piano, Dulzaina y Tambor, Pulso y Púa y Guitarra Clásica y Bailes regionales– celebraron el fin de curso con las actuaciones de cada uno de los grupos de alumnos. El patio de butacas del Buero se llenó de orgullosos padres y familiares que siguieron cada una de las interpretaciones y aplaudieron a los alumnos en reconocimiento a todo lo que han aprendido durante el curso que acaba de terminar.
Los primeros en ocupar el escenario fueron los alumnos de la Escuela de Piano. El tema más conocido y coreado fue el conocidísimo Yesterday, de John Lennon y Paul McCartney. Temas populares de la provincia, llegados de Ruguilla, Piqueras o Tortuera fueron los elegidos por los alumnos de la Escuela de Dulzaina y Tambor. Por su parte, los de Púa y Guitarra Clásica escogieron temas como Canción de Primavera, de Mozart, o Andante, de Schumann. Por último, cerrando el espectáculo, la Escuela de Bailes Regionales puso el colorido y el movimiento sobre el escenario con varias jotas –entre ellas las de Torija o Pastrana–, que arrancaron los aplausos enfervorecidos del público.
Los primeros en ocupar el escenario fueron los alumnos de la Escuela de Piano. El tema más conocido y coreado fue el conocidísimo Yesterday, de John Lennon y Paul McCartney. Temas populares de la provincia, llegados de Ruguilla, Piqueras o Tortuera fueron los elegidos por los alumnos de la Escuela de Dulzaina y Tambor. Por su parte, los de Púa y Guitarra Clásica escogieron temas como Canción de Primavera, de Mozart, o Andante, de Schumann. Por último, cerrando el espectáculo, la Escuela de Bailes Regionales puso el colorido y el movimiento sobre el escenario con varias jotas –entre ellas las de Torija o Pastrana–, que arrancaron los aplausos enfervorecidos del público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario